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Mientras que los líderes del G-7 debaten los riesgos económicos globales, Paul Craig Roberts, economista y periodista estadounidense describe la situación real:
La economía de Estados Unidos es muy pobre. Los únicos empleos que la economía ha sido capaz de crear durante una década al menos, son trabajos mal pagados de servicio doméstico: camareras, camareros, vendedores al por menor, dependientes...
Los empleos industriales siguen disminuyendo, los puestos de trabajo de servicios profesionales descienden, por lo que el tipo de ingresos de clase media que los estadounidenses solían tener se ha ido. Por otra parte, la mayoría de los empleos son a tiempo parcial.
Así que hay que tener, al menos, dos empleos para poder mantener tu propio apartamento. Ahora tenemos una situación en la que la mitad de los chicos de 20 años de edad estadounidenses están viviendo en casa de sus padres, ya que no pueden ganar lo suficiente para vivir una existencia independiente, no pueden ganar lo suficiente para pagar el alquiler o los créditos estudiantiles.
Y así, la economía es un castillo de naipes. La Reserva Federal sigue apuntalando el mercado de valores y apuntalando el mercado de bonos, porque la Reserva Federal puede crear todo el dinero que quiera. Así que cuando la acción comienza a bajar, crean dinero y compran acciones. Y, cada vez que los bonos comienzan a bajar, crean dinero mediante bonos. Así mantienen altos los precios.
Dicen: "Mira, el mercado de valores está bien, el mercado de bonos está bien - ¡la economía está bien!". Pero todo está amañado, es un castillo de naipes. Creo que pueden continuar esto hasta que haya un ataque sobre el dólar.
Si el resto del mundo deja de utilizar el dólar para pagar sus cuentas internacionales, la Reserva Federal no sería capaz de salvarlo. Pero mientras el resto del mundo apoye al dólar, la Reserva Federal puede continuar con esta política de creación de cada vez más dólares para apoyar el mercado de compra de valores.
Ya ves... desde la crisis financiera de 2008, la Reserva Federal ha creado mucho más dinero, luego la economía ha creado bienes y servicios. Por lo que el dólar debería estar colapsando, pero no lo está, porque todo el mundo lo sigue apoyando.
Por otra parte, la Reserva Federal tiene el banco de Japón imprimendo dinero y la Reserva Federal tiene el Banco Central Europeo. Esto quita presión al dólar. Se trata de un castillo de naipes, pueden seguir adelante, hasta que le pase algo al dólar.
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| Connally, secretario del Tesoro en 1971 |
‘El dólar es nuestra moneda pero es vuestro problema’
Es un tópico repetido hasta la saciedad que la economía de Estados Unidos sobrevive gracias a una deuda gigantesca y a una financiación casi gratuita de la misma.
Tampoco es nada novedoso mostrar las cifras de su crecimiento sin freno. Ahora habría que hablar ya de aceleración.
Estados Unidos es una economía parasitaria que vive gracias a una generosa ayuda exterior. Se mide en cifras billonarias.
Si los tipos de interés de esa masa gigantesca de préstamos alcanzaran el promedio a largo plazo, el 5 por ciento, Estados Unidos debería pagar un billón de dólares cada año, sólo por los intereses.
Obama deja la hacienda pública del país con un agujero de casi 20 billones de dólares.
En ocho años ha crecido en 9,3 billones, una cifra que casi alcanza a la que acumulan todos los presidentes que le precedieron en el cargo desde los primeros tiempos de la independencia.
Mientras terceros países le presten dinero, el negocio podría continuar indefinidamente, pero algo está empezando a cambiar: en el último año los prestamistas se han desembarazado de más de 400.000 millones de papeles, lo que también es un registro histórico.
Además, el rendimiento de los bonos del tesoro ha empezado a subir. Finalmente, si esta tendencia persiste, Trump no podrá implementar la nueva política económica que ha anunciado.
La política económica de Obama ha sido uno de los mayores desastres de las últimas décadas.
Es el único presidente de Estados Unidos que no ha logrado incrementar ningún año el PIB por encima del 3 por ciento anual. Desde que Obama llegó a la Casa Blanca el número de personas que viven del reparto de ayuda pública alimentaria ha aumentado en 15 millones.
Pero también es cierto que, de no ser por el endeudamiento, Estados Unidos padecería una espantosa depresión, mucho peor que la de 1929.
En estos casos conviene recordar siempre las palabras que en 1971 pronunció el antiguo Secretario del Tesoro estadounidense, John Connaly, cuando el sistema monetario internacional que Estados Unidos impuso al mundo en la posguerra se hundió:
“El dólar es nuestra moneda pero es vuestro problema”.