Los disparates de Jiménez y Villavicencio

Ya llegaron los autodenominados “defensores de la democracia”, llegaron luego de ser prófugos de la ley. Pero no llegaron con las manos vacías. Cléver Jiménez y Fernando Villavicencio arribaron con un pedido para Obama. Dicen que van a convencerle sobre lo necesario de una intervención norteamericana.
El 4 de agosto de 2011, Jiménez y Villavicencio asistieron a la Fiscalía General del Estado para acusar de crímenes de lesa humanidad al Presidente Rafael Correa. Su denuncia se basaba en una recopilación de “hechos” que, a criterio de los demandantes (Jiménez, Villavicencio y Figueroa), demostraban un orquestado plan para ejecutar un “falsificado” intento de Magnicidio (asesinar al Presidente), con la única finalidad de engañar a los ecuatorianos. Estos acontecimientos habrían ocurrido el 30 de septiembre de 2010.
Lo ocurrido en 2011, para ciertos medios de comunicación privados se traduce en un intento de investigación sobre los sucesos del #30S. Sin embargo, estos medios ignoran, convenientemente, un conjunto de inconsistencias en la acusación de crímenes de lesa humanidad contra el Presidente, que fácilmente deja en ridículo sus declaraciones.
Ahora, aclararemos punto a punto estas inconsistencias reproducidas por ciertos medios de comunicación que acogieron la versión de los ex – prófugos de la ley: Jiménez y Villavicencio.
1.- El documento presentado a la Fiscalía no contiene una solicitud de investigación. Es una clara denuncia al Presidente Rafael Correa por haber, según Jiménez y Villavicencio, cometido “crímenes de lesa humanidad”.

FRAGMENTO DE LA DENUNCIA DE FERNANDO VILLAVICENCIO Y CLÉVER JIMÉNEZ

2.- En la denuncia se describen varios “acontecimientos” que no guardan ninguna relación lógica con lo ocurrido el 30 de septiembre. Por ejemplo, se señala que los policías no estaban atrincherados en el hospital de la Policía Nacional en Quito, y se afirma que “desde allí no se disparaba contra nadie”.

FRAGMENTO DE LA DENUNCIA DE FERNANDO VILLAVICENCIO Y CLÉVER JIMÉNEZ

Esta aseveración carece de contexto. Si revisamos los vídeos del 30S se observa miembros de los grupos especiales de la Policía Nacional apostados, incluso, en los techos de edificios aledaños al hospital. Estas tomas las pudieron ver los ecuatorianos en vivo, durante el rescate al Presidente. Pero para el asambleísta de Pachakutik y el sindicalista de Petroecuador nunca hubo policías atrincherados y nunca se disparó allí.
3.- En la denuncia se asegura que fue el propio Presidente quien se ordenó a las fuerzas militares abrir fuego contra el hospital. Esto desconoce los testimonios de cientos de testigos, presentes en el hospital, que afirman que el Presidente fue impedido de salir del inmueble, so pena de caer acribillado en los exteriores.

 FRAGMENTO DE LA DENUNCIA DE FERNANDO VILLAVICENCIO Y CLÉVER JIMÉNEZ

4.- Afirma que el Presidente cometió crímenes de lesa humanidad y que inventó el golpe de Estado e intento de asesinato para encubrirlo. Sin embargo, esto se contradice con lo que señala la Cruz Roja Internacional en el oficio LIM 11/273-CSY/msi, en el que indica: “la CICR- en su calidad de institución humanitaria, imparcial, neutral e independiente, y como guardián del derecho internacional humanitario (DIH)- se ha permitido precisar ante diversos medios de prensa extranjera y nacional que, sobre la base de criterios estrictamente técnicos, ninguno de los incidentes referidos del 30 de septiembre del pasado año se habrían enmarcado en los ámbitos de aplicación del DIH”. De esta forma se confirma que el ningún funcionario del Gobierno cometió un crimen de lesa humanidad.

FRAGMENTO DE LA DENUNCIA DE FERNANDO VILLAVICENCIO Y CLÉVER JIMÉNEZ

Así mientras el Presidente Rafael Correa se basa en lo certificado por organizaciones humanitarias internacionales, Jiménez y Villavicencio afirma crímenes sin evidencia alguna.
5.- Para Jiménez y Villavicencio lo ocurrido el 30 de septiembre no fue más que una actuación. Sin embargo, esa noche miles de ecuatorianos observaron en televisión abierta, escenas escatológicas que los volvieron testigos de la muerte de un oficial de fuerzas aliadas que entregó su vida para cumplir su labor.

FRAGMENTO DE LA DENUNCIA DE FERNANDO VILLAVICENCIO Y CLÉVER JIMÉNEZ

6.-  La denuncia con la cual se pretende acusar al Presidente de crímes de lesa humanidad presenta como pruebas chismes, relatos fantásticos y más desvaríos.  Un ejemplo de ello, es que se incluya la “versión” de que el Presidente organizó el espectáculo desde la Universidad Tecnológica Equinoccial.

FRAGMENTO DE LA DENUNCIA DE FERNANDO VILLAVICENCIO Y CLÉVER JIMÉNEZ

7.- En el 2011, la denuncia de los ex – prófugos ya habla de testigos perseguidos. Una artimaña que ahora repiten para victimizarse y que se repiten en ciertos medios, sin el más mínimo ejercicio periodístico de contraste.

FRAGMENTO DE LA DENUNCIA DE FERNANDO VILLAVICENCIO Y CLÉVER JIMÉNEZ

Olvida que los testigos están allí. Que son miles de ecuatorianos los que observaron a policías atacando al Presidente con gas lacrimógeno, que fueron miles los que observaron en la primera plana del diario extra la corta distancia entre la cabeza del primer mandatario y una bomba lacrimógena lanzada como proyectil, que todos los ecuatorianos escucharon en vivo a policías sublevados pidiendo bala para el presidente. En fin, inventan otros testigos que no existen y silencian las miles de voces que denunciaron un orquestado golpe de Estado.
Por estos motivos la denuncia fue desechada casi inmediatamente, no solo por la arrasadora falta de pruebas que puedan sustentarla, sino por el uso excesivo de la imaginación de los denunciantes.
Dada la ridiculez de los demandantes y lo temeraria de la denuncia contra el Presidente, en su legítimo derecho a defender su honra, Rafael Correa emprendió una contra demanda, por injurias calumniosas. El resultado, ambos asambleístas fueron encontrados culpables. En abril de 2013 fueron condenados a 18 meses en prisión, a un pago de una sanción económica y a la presentación de disculpas públicas al pueblo ecuatoriano.
Sin embargo, un año más tarde, después de la prescripción de sus sentencias, regresan los defensores de la democracia, sin haber cumplido la sentencia, sin haber cancelado la sanción económica y sin presentar disculpas, para amenazar al pueblo ecuatoriano con una solicitud a Estados unidos para que intervengan Ecuador.
Otra vez queda en ridículo con su amenaza.  Si consideramos que Villavicencio se dice “militante de izquierda” es poco coherente que viaje a la sede del imperialismo para solicitar una intervención que atenta contra nuestra soberanía.